Sunday, November 19, 2006

QUEIROLO



Y me salpican del alma
mil trozos de espejo,
veo el centello de mi ser
deformándose hasta encontrarse.

Quién diría que ahora la demencia se disfraza
en botellas de ron…

mientras un ángel perverso
atrapa entre sus alas a la muerte
para hacerle el amor,

a mí me clavan puñales
y sangro
- me lo advertiste –
por jugar a vivir.

En la mesa
naufragas entre carcajadas ardientes
y me atrapas (extraño alquimista)
con la tinta de tu verso.